Alma Monzani (alumna de 3º grado) participó del concurso literario del ECUNHI y salió premiado su cuento "Sokisi, la esperanzadora de sueños".
Este sábado recibirá una mención en el Festival María Elena Walsh del Ecunhi. Luego publicarán un libro electrónico con los cuentos de los ganadores.
La felicitamos de todo corazón y les dejamos acá su obra para que la lean....
Sokisi,
la esperanzadora
de sueños
Todos
tenemos luz y oscuridad en nuestro interior,
lo
que importa es qué parte elegimos potenciar.
Sirius Black
Harry Potter. J.K. Rowling.
-¿Por qué está todo tan
oscuro Hija de la Luna?
-Los
comienzos siempre son oscuros, Bastian La historia interminable. Michael Ende
Sokisi
es una niña tímida, pálida, tan pálida como la luna llena, con el pelo largo y
negro. Usa vestidos delicados.
Ella
puede leer sueños. Adentrarse en lo sueños de los demás.
Esa
noche, soplaba una leve brisa. En el cuarto de Sokisi hacía frío y las cortinas
se movían suavemente.
Sokisi
se fijó quienes tenían pesadillas para así ayudarlos.
El
primero que encontró fue un chico que se llamaba Matías. Un niño muy callado
pero siempre dispuesto a leer cualquier tipo de historias.
Sokisi
se acostó y se adentró en el sueño de Matías.
Ahí
estaba Drácula. Era la misma historia que todos conocemos. A Sokisi le dio
miedo, pero quería ayudar. Entonces le dijo a Matías desde su propia cabeza:
“Niño, niño,
no temas,
que un sueño puede
cambiar de mil maneras.”
Y
como si surgiera de la nada misma apareció una varita de Harry Potter. Matías
le hizo el hechizo “riddiculus” a Drácula.
El “colmilludo” se convirtió en los señores Moc y Poc. A Matías le causó mucha
risa.
Sokisi
se despertó. Le dio tanta gracia lo que había pasado, que decidió ayudar a otro
u otra más. Entonces encontró a Julia, una niña muy dulce y cariñosa con su
familia. Sabe tocar el piano.
Al
entrar en el sueño de Julia vio que la niña y ella estaban adentro de un
colectivo raro. Estaba vacío excepto por un señor como de 50 años, una señora
más o menos de 40, un niño de 10 y Julia. A Sokisi le pareció extraño porque en
el colectivo había muebles. Al principio pensó que era una casa rodante pero
después vio que definitivamente era un colectivo. Luego, Sokisi no supo por qué
Julia se bajó del colectivo y como Sokisi tenía que ayudar a Julia, también
bajó. De alguna manera, Julia se dio
cuenta que esa era su casa y las personas que estaban adentro eran su familia. Entonces
empezó a correr desconsoladamente tras el colectivo. En ese momento, Sokisi dijo:
“Niña niña,
no temas,
que un sueño puede
cambiar de mil maneras.”
Inmediatamente,
apareció un piano enfrente de Julia. Ella
pensó - Si un sueño puede cambiar de mil maneras. ¿Por qué no tocar el piano?- Julia
empezó a tocar una canción que siempre le salía mal. Tocó, tocó, tocó, tocó y
tocó. Julia creyó que en algún momento se iba a equivocar. Aunque no sucedió eso. Tocó hermosamente la
canción, sin equivocarse y disfrutando cada nota. Cuando levantó su mirada,
enfrente de ella y su piano estaba detenido el colectivo. Salieron sus padres y
su hermano y le dieron un fuerte abrazo. Sokisi sabía que podía irse.
Recordando
esa hermosa canción, Sokisi se fijó a quién más podía ayudar. Descubrió a un
chico llamado Tomás, estudioso y
divertido. Está en cuarto grado.
Sokisi
entró en su sueño y encontró a Tomás apoyado en una pared. Ella no entendía la
pesadilla. Allí no había ningún problema, pero luego, Tomás empezó a moverse. Sokisi
se dio cuenta que no se podía librar de la pared .Estaba atrapado por la pared.
Entonces Sokisi rápidamente dijo:
“Niño niño,
no temas,
que un sueño puede
cambiar de mil maneras.”
Y
como si el viento lo trajera, apareció el libro de
Ciencias Naturales de Tomás abierto en la página de magnetismo. En él decía “todos los imanes tienen dos regiones llamadas
polos: polo norte y polo sur. Los polos iguales se repelen y los polos
contrarios se atraen”. En ese momento, Tomás se dio cuenta que tenía que darse
vuelta para que la pared lo repeliera. Con todas sus fuerzas giró muy
lentamente y se liberó. Sokisi se fue feliz.
Sokisi
estaba cansada, era tarde. No le importaba, mañana era sábado. Sokisi se
durmió.
“Sueña,
sueña soñando,
sueña soñando sueños.
Sueña tranquila Sokisi,
no temas,
que un sueño puede
cambiar de mil maneras”
Firma:
La que enciende los planetas
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